Entre ellos, investigadores analizaron los resultados de las grabaciones de cámaras posicionadas en la cabeza de los infantes por 10 a 15 minutos para ofrecer una perspectiva desde sus ojos al mundo y definir sus acciones.
“Nos sorprendió mucho ver cuan sofisticados pueden ser en términos de habilidades sociales y de ayuda a otros, como asegurarse de que estaban invitado a otros niños a ser parte del grupo.”, afirmó, la profesora Jennifer Sumsion, parte del grupo de autores del estudio.
Juegos como mover biberones de sitio o pretender entregar un juguete para luego esconderlo, fueron sólo algunas de las bromas que se pudieron identificar. Asimismo, hallazgos mostraron momentos muy tiernos entres bebés que se cuidaban y reconfortaban entre sí.