El demandante, de la ciudad de Dortmund oeste del país, afirma en su denuncia que ha observado reiteradamente, durante la última visita del pontífice a Alemania, que éste no utiliza el cinturón de seguridad, contradiciendo las normas de circulación.
Afirma que tiene dos testigos presenciales dispuestos a certificar que, efectivamente el papa no llevaba el cinturó abrochado. El autodenomiando “no creyente” asegura que le mueve la preocupación por la seguridad de Joseph Ratzinger, y recuerda que el papamóvil cuenta con un cinturón de seguridad.
Sin embargo, y según con el diario, la denuncia apunta que la viabilidad en ésta, puede depender de si se considera a Benedicto XVI un simple ciudadano alemán o jefe de Estado del Vaticano, en cuyo caso su infracción, podría quedar neutralizada por inmunidad diplomática.