10 ideas para ayudar a los niños que mojan la cama

Cuando los niños mojan la cama, el consuelo de la mayoría de los padres es que los niños generalmente superan el problema. Tristemente, ese no siempre es el caso. E incluso cuando el niño supere eventualmente la enuresis nocturna, mucho del daño psicológico derivado del problema ya habrá ocurrido en ese momento.

Afortunadamente, hay muchas cosas que como padre puedes hacer para guiar a tu hijo y ayudarlo a superar estas experiencias conservando su autoestima intacta.

No te enojes con el niño

Más importante que lo que hagas en estos casos, será lo que no hagas. Esto es que, sin importar qué acciones decidas tomar, nunca te enojes con él, lo culpes, lo avergüences, lo castigues ni lo golpees.

Dale confianza a tu niño

Si tu hijo moja la cama, primero y antes que otra cosa, explícale que el problema es común y que no es su culpa. Asegúrate de que sepa que no está mojando su cama intencionalmente. Y por encima de todo, enfatiza que este comportamiento no lo hace una mala persona. Aliéntalo a comunicarse abiertamente contigo sobre este asunto, y al mismo tiempo de ofrecerle apoyo hazle saber que serás discreto con el tema y que mantendrás el problema en privado. Mantente alerta para que sus hermanos no lo molesten, avergüencen o humillen a causa de su problema. Un beneficio de brindar un apoyo compasivo a tu niño es que eso tenderá a reducir la recurrencia de la enuresis nocturna.

Procura que tome más líquidos durante el día

Irónicamente, la hidratación adecuada juega un papel primordial en el rol de la prevención de este problema. Muchos niños evitan beber líquidos durante todo el día, sólo para terminar tomando grandes cantidades por las noches. Además, muchos niños se esperan hasta que estén muy sedientos para tomar algo, y en ese punto, suelen calmar su sed con bebidas azucaradas o con cafeína, algo que sólo ocasiona que el problema empeore, ya que tanto la cafeína como el azúcar actúan como diuréticos; en lugar de incrementar los niveles de líquido en el cuerpo, inhiben la retención de líquido y propician mayor orina.

Agravando el problema, cuando el cuerpo sufre de un desbalance en la ingesta de líquidos, demanda la reposición de los mismos en el momento más inoportuno del día, es decir, en las tardes. Una hidratación adecuada, para ayudar a que duerman toda la noche sin mojar la cama, se consigue mejor mediante el consumo de pequeñas cantidades de agua durante el día. Puedes, por ejemplo, poner una botella de agua en la mochila de tu hijo antes de que se vaya a la escuela todos los días.

Un escenario común es que los niños beban cantidades insuficientes del líquido durante el día y luego en la noche sientan sed, provocando que beban más antes de acostarse y posiblemente, durante la noche. Esto obviamente crea el riesgo de que mojen la cama, así que será mejor que beban líquidos durante el día.

Elimina la cafeína

Hacer que las familias eliminen de la dieta de sus hijos todos los alimentos y bebidas deshidratantes, sería poco práctico. Pero entre más puedas restringir los alimentos y bebidas con cafeína, más eliminarás el riesgo de que mojen la cama. La cafeína se encuentra en el chocolate, los refrescos y los tés negros y verdes; es un diurético, así que promueve la micción.

Incorpora una visita al baño en su rutina antes de irse a dormir

Las rutinas para irse a la cama son cruciales como parte de la higiene del sueño, especialmente para los niños, porque estos funcionan con los biorritmos propios de su cuerpo para ayudarlos a facilitar las transiciones entre procesos naturales como el comer, caminar y dormir. Si incorporas el ir al baño en su rutina nocturna, ese podría convertirse en un patrón positivo que se adhiera al biorritmo del niño. Es decir, su cuerpo podría acostumbrarse a ir al baño a la misma hora cada noche, y así, ajustarse a vaciar la vejiga durante esas visitas al baño antes de dormir. Se sugiere que el niño orine dos veces poco antes de acostarse, con cinco o diez minutos de separación entre cada micción.

Alienta las actividades calmantes y relajantes antes la hora de irse a la cama

Deja de lado las actividades estimulantes, como los videojuegos u otro tipo de juegos físicos y dinámicos.

Establece horarios para irse a dormir

Tal vez la parte más importante de la rutina de un niño es la hora de dormir. Acostumbrar al cuerpo de un niño a dormirse a la misma hora todos los días es una gran manera de desarrollar biorritmos saludables. Apegarse a una rutina, así como los períodos nocturnos largos y regulares de sueño, ayudan a evitar que un niño se haga pipí en la cama. Eso significa que no sólo debes programar la hora en que se vaya a la cama tu hijo, sino que también debes procurar que esto suceda más temprano.

Haz que las idas al baño durante la noche sean sencillas

Para que tu hijo pueda pararse durante la noche e ir al baño con facilidad, pon una luz nocturna en su habitación o deja una linterna cerca de su cama, por si la necesita. Las alarmas para la enuresis se están volviendo una solución cada vez más común para el problema de mojar la cama. Estas alarmas despiertan al niño tan pronto como la orina sale, incrementando las posibilidades de que el niño pueda contener el flujo de orina hasta que llegue al baño. La intención de estas alarmas es que progresivamente, el cuerpo del niño vaya entrenándose para que de manera natural el chico se despierte cuando tenga la necesidad de orinar.

Paliativos

Un paliativo práctico es probar sábanas a prueba de agua en la cama del niño para aliviar algo del estrés secundario asociado con el hecho de hacerse pipí en la cama. Otras estrategias similares incluyen los calzoncitos entrenadores, pañales protectores, ropa interior absorbente o ‘pull-ups’. Sólo recuerda que estas medidas atenuantes son simplemente eso: liberan un poco del estrés que sufren tanto tú como el niño, en lo que se consigue una solución definitiva al problema.

Haz que un doctor examine a tu hijo para descartar posibles causas médicas

Si el que moje la cama parece ser algo crónico, consulta al pediatra para descartar cualquier causa médica oculta y que pueda tratarse adecuadamente. Si el que moje la cama durante la noche está acompañado de un control pobre de su vejiga durante el día, puede haber otros temas médicos más serios involucrados. Si el que se haga pipí en la cama está acompañado de dolor en el tracto urinario, o por dolor de espalda, abdomen o fiebre, algo anda mal. Si su orina tiene un olor fuerte y desagradable o si el niño despierta constantemente en las noches con mucha sed, es necesario ver al pediatra.

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